Justicia inversa


| OPINIÓN |

España es el país de la Unión Europea con uno de los Códigos Penales más duros. Uno de los más duros dependiendo de a quién se aplique, claro. La justicia actúa de manera más o menos flexible según cuál sea la identidad del acusado

Tomemos como ejemplo el caso de la mala praxis o la estafa de Bankia, como queramos llamarlo. El señor Rato, ex director de la entidad, dimitió tras esta ser inyectada con dinero público –sí, tuyo y mío-, por la desorbitada deuda que poseía. El castigo, de este ex dirigente del Partido Popular, es ocupar un alto puesto en la compañía Telefónica.

Para que esta estafa llegase a los tribunales ha sido necesario que se alzasen pequeñas voces. Y digo pequeñas porque, ni al actual partido de gobierno, ni al anterior y ni siquiera a los sindicatos, les interesaba una investigación a fondo de un caso en el que todos estaban involucrados. El PP la controlaba, pues había colocado a muchos de los cargos de Bancaja. El PSOE fue quien animó a las pequeñas cajas a fusionarse hasta formar lo que ahora es Bankia, consiguiendo con ello hacer más grande el problema, sin ningún tipo de control. Y los sindicatos, por su parte, recibían créditos blancos por parte de la entidad.

Después de algo más de un año, la entidad captará 18.000 millones del rescate europeo dirigido al sistema financiero español. Pero su deuda se escapa, y de lejos, de esta cantidad. La inyección de capital repercutirá en los 350.000 accionistas minoritarios, quedando el valor de sus títulos prácticamente reducido a cero. A estas cifras, añadimos los seis mil trabajadores que envió al paro y el cierre de unas mil sucursales. Todo ello porque el préstamo de Bruselas así lo exige. Son estos los ciudadanos con los que la justicia no se muestra tan amable.

Zeng, miembro de la investigación anticorrupción en China, fue juzgado por aceptar sobornos y, entre otras cosas, otorgar ascensos laborales de manera ilícita. Fue juzgado y fusilado. En España, son 33 los imputados por este caso de presunta estafa, pero ninguno sabe nada. Ni tanto, ni tan poco. ¿Quién pagará este agujero patrimonial? Si la historia no se equivoca, todo apunta a que la balanza tampoco se inclinará esta vez a favor de los ciudadanos mortales. El resto, Rato, Ordóñez, Acebes, y un largo etcétera, con “poca suerte”, conservarán sus millonarias indemnizaciones.



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2 respuestas

  1. Muy buen artículo. Me parece que el hecho de que seamos uno de los países con el código penal más duro y con más presos terrible. Nuestra justicia es débil con el duro y duro con el débil.

  2. Muy buen artículo: resumiendo en pocas palabras lo que no hace falta decir en muchas: no se salva nadie de la sombra de la corrupción que está tapando el país. Mires por dónde mires siempre hay algún implicado.

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